Descripción
La colección completa de los instrumentos musicales de Alfonso X el sabio vuelve a sonar tras 8 siglos de silencio en una reconstrucción que ya ha hecho historia.
60 instrumentos musicales reconstruidos a partir de las miniaturas de los códices alfonsíes, manuscritas e ilustradas por los mejores copistas medievales, vuelven a sonar después de 800 años.
La música de los manuscritos alfonsíes, con los instrumentos representados en los mismos, es algo inédito que podrá verse y oirse por primera vez desde que hace más de ochocientos años sirvieran de modelo para las ilustraciones que acompañan la obra literaria y musical del rey castellano. Estos instrumentos musicales han dormido entre las páginas de pergamino de los códices medievales, durante centurias, solo al alcance de las miradas de unos pocos privilegiados que se acercaron hasta ellos para hacer trabajo de investigación, estudio o documentación.
Es la primera colección completa en el mundo de estas características y se lo debemos a Jota Martínez, especialista en instrumentos musicales de la tradición medieval española, que durante quince años se ha dedicado a hacer posible este magno proyecto. A partir de este momento se constituye no solamente como un logro para quien lo ha hecho posible, sino que por su enfoque riguroso y acertado pasa a ser testimonio vivo de la gran riqueza de nuestra cultura, referente para organólogos, lutieres, medievalistas, músicos o historiadores y por su trascendencia y envergadura, patrimonio de la humanidad.
Sobre el proyecto
En 2004 Jota Martínez empieza la tarea de documentación y reconstrucción de los instrumentos musicales representados en las obras que mandó escribir Alfonso X. En 2020 consigue completar la única colección integra en el mundo de lo que llamaremos “Instrumentarium musical alfonsí”, fiel reconstrucción de los distintos instrumentos musicales que encontramos en las iluminaciones y miniaturas de los manuscritos realizados en la corte del rey castellano. Un total de 60 piezas entre las que encontramos los antepasados de nuestra guitarra actual, la cítola además de salterios, rota, odrecillo, rabel o rubeba hasta completar la lista de las sesenta reconstrucciones.
Además de las fuentes iconográficas que nos han llegado y las escasas entradas literarias y registros de la época, una fuente muy importante a la hora de reconstruir, tanto los instrumentos como el repertorio, ha sido el folclore y la música tradicional y de raíz. En la cultura popular de todo el Mediterráneo han quedado pistas que han allanado el trabajo para su recuperación. Jota Martínez como organólogo, musicólogo y medievalista, se ha referenciado también en estas tradiciones, queriendo encontrar las conexiones que nos unen a este pasado para mostrar, sin ninguna duda y con total confianza y realismo, una propuesta que une el rigor histórico a la tradición.
En 2017, crea el Ensemble Alfonsí para ofrecer una “experiencia alfonsí” sin precedentes. Música de los manuscritos alfonsíes, con los instrumentos musicales que quedaron atrapados en el tiempo como en una fotografía, en las miniaturas e iluminaciones de los mismos manuscritos, algo inédito y novedoso hasta el momento.
Sobre el repertorio grabado
Sobre las Cantigas a Santa María, nos han llegado 4 códices pero por su calidad artística, por ser el más completo y por la precisión de su semiografía musical, el que se usa principalmente es el llamado Codex Princeps, que incluye el mayor número de miniaturas con representaciones de músicos e instrumentos. La obra alfonsí completa recopila 420 cantigas marianas distintas.
En este apasionante trabajo de arqueología musical experimental, el ensemble de Jota Martínez, utiliza única y exclusivamente instrumentos musicales representados en los códices alfonsíes y ha sido muy importante el estudio organológico del director y el trabajo de construcción junto a los artesanos para conseguir que todos estos instrumentos puedan ser usados en grupo.
Las agrupaciones instrumentales propuestas en los manuscritos alfonsíes y que se reproducen en algunas de las cantigas de esta grabación no cumplían solo una función estética y simbólica, ni fueron un capricho del artista iluminador, sino que eran prácticas a la hora de acompañar el repertorio de su época. Es una de las conclusiones a las que este trabajo nos ha llevado.
Tras más de ochocientos años estas formaciones vuelven a templar sus instrumentos y voces para acometer la tarea de entretener, estimular, conmover o simplemente acompañar a cualquiera que se acerque a sus tan actuales, por su capacidad para conectar con el individuo del siglo XXI, músicas y cantos.